Sin luz no existirían ni la pintura ni la fotografía. Luz y fotografía van tan intrínsicamente unidas, que sin luz ni control de la misma, no habría fotografía. Si o sí, se necesita de la luz para estimular los modernos sensores fotográficos y en la antigüedad (¿antigüedad? ¡¡pero si fue ayer!!), los granos de plata de la película.
Uno de los quebraderos de cabeza de los ingenieros que desarrollan los sensores para fotografía es dotarles del mayor rango dinámico posible. Buscan que la gradación entre las altas luces y las sombras profundas, sea lo más rica y suave posible.
Pero sin adentrarnos en esas disquisiciones técnicas, en esta ocasión nuestra gente se ha propuesto explorar la luz según su tipo y desde diferentes ángulos.
Elisa
Pilar
Conchita
Ángel
Manuel
Juanjo
Mercedes
Luís